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viernes, 28 de abril de 2017

Elegua el mas Grande

ELEGGUA ES EL DUEÑO DE LOS CAMINOS Y EL DESTINO.


Eleggua es una de las deidades de la religión yoruba. En la santería sincretiza con el Santo Niño de Atocha o con san Antonio de Padua.
Eleggua es el dueño de los caminos y el destino, es el que abre o cierra el camino a la felicidad; es muy travieso y su nombre significa "el mensajero príncipe."

Tambien significa el que es grande. Elegua es el portero de todos los caminos, del monte y la sabana, es el primero de los cuatro guerreros junto a Ogun, Ochosi y Osun. Tiene 21 caminos y sus colores son el rojo y el negro.

Es válido aclarar que Elegua es conocido como "el de los 201 y los 401" pues se mueve entre los ángeles que están a la derecha (los 401) y los que están a la izquierda (los 201). Tiene el poder sobre ambos lados, controla los reinos del mal y del bien, él crea el balance entre las dos fuerzas, a la vez que tiene dominio sobre ellas.

Muy notable es la coincidencia con los distintos panteones de la cultura global, en los cuales se observa frecuentemente la existencia de una deidad que siempre recibe las ofrendas primero que el resto de las deidades.

Eleggua es una deidad muy dada a hacer trampas, y a la vez es quien comanda los ejércitos. Puede decirse que el favorito del Dios superior de su panteón. En uno de sus caminos fue hijo de Okuboro y Añagui, reyes de la región de Egbá y en otro, de Obatalá y Yembo, hermano de Dada, Oggun, Ochosi y Osuny hermano ejemplar de Chango y Orumila (orula)

A Eleggua se le ofrenda pescado y jutía ahumada, maíz tostado, coco, manteca de corojo, aguardiente, tabaco, dulces y caramelos de todo tipo. Sus eleketes son de cuentas rojas y negras alternadas. Se le inmolan chivos mamones, gallos, pollos, jutías -en las ocasiones que lo ameriten- otros animales que conllevan ceremoniales más complejos.

Patakki de Eleggua
Furibundo con sus descendientes al saber que Oggún había querido tener relaciones sexuales con su propia madre, Obatalá ordenó ejecutar a todos los varones. Cuando nació Shangó, Eleggua (su hermano) se lo llevó escondido a su hermana mayor,

Dadá, para que lo criara. Al poco tiempo nació Orula, el otro hermano, Eleggua, también temeroso de la ira de Obatalá, lo enterró al pie de la ceiba y le llevaba comida todos los días. El tiempo transcurrió y un buen día Obatalá cayó enfermo. Eleggua buscó rápido a Shangó para que lo curara.

Luego de que el gran médico Shangó curó a su padre, Elegguá aprovechó la ocasión para implorar de Obatalá el perdón de Orula. Obatalá accedió y concedió el perdón. Shangó lleno de gozo cortó la ceiba y de ella labró un hermoso tablero y junto con él le dio a su hermano Orunmila el don de la adivinación.

Desde entonces Orunmila dice: "Maferefum (bendición) Eleggua, maferefum Shangó, Elegbara".
Elegua salvo a orula pues quien lo enterro fue el mismo baba para que el muriera pero elegua acordo con su madre que el le llevaria los alimentos hasta que un dia enferma y a el que solo le permite acercarse es a chango asi que un dia elegua y chango hablan y chango pregunta el por que baba se la pasaba llorando y el no conprendia el por que asi que elegua le dice que el como es a el unico que le permite acercarse que debera de darle un preparado por elegua y chango asi lo hace.

Baba recobra la razon y empieza a buscar a orula mas como aun andaba algo confundido elegua se transformaba en raton dejando rastros a propocito para que baba llegara a donde orula estaba enterrado y asi es como baba lo saca y ofrece a la ceiba un adimu para poder labrar un tablero y conseguir la yefa pues orula no podia alejarse de la ceiba.